Una vez en manos de un buen especialista en ortodoncia que determine un diagnóstico profesional, y la colaboración de un paciente comprometido, lo que resta es disfrutar de una amplia variedad de ventajas que trae la ortodoncia digital con alineadores dentales: la opción más cómoda, precisa, personalizada, estética y avanzada. El momento de la tecnología de proyección e impresión 3D a favor de la odontología, el confort y la personalización de los tratamientos llegó para quedarse. En este artículo les contaremos cómo funciona, cuál es el rol del ortodoncista y los cuidados a cargo del paciente.

El especialista en ortodoncia genera un escáner al interior de la boca con destino a un laboratorio, cuyo archivo digital es convertido a una proyección 3D que proporciona un panorama más amplio para análizar y diagnosticar. Luego, el ortodoncista diseña el desplazamiento fisiológico y progresivo de los dientes a su alineación ideal con la ayuda de un software que proyecta el movimiento en tercera dimensión: paso a paso. Lo que sigue es impresión 3D en polímeros (plásticos) transparentes, sin aparatos metálicos, y con altos niveles de precisión y personalización sobre las características del paciente. Con todo esto, es posible visualizar anticipadamente los resultados finales en tercera dimensión sobre la sonrisa del paciente en particular.  

Las placas invisibles resultantes de la impresión 3D, muy poco notorias, cubren la superficie dental de manera agradable y estética y no conllevan los conocidos paladares plásticos, eliminando posibles incomodidades al comer o conversar. Además, las placas alineadoras dentales pueden retirarse y volverse a colocar con mucha facilidad, lo cual favorece la higiene dental y la salud periodontal en general, además de resultar verdaderamente confortables por haberse diseñado exactamente con las características de la mordida del paciente, y el incremento de su movimiento a través del tratamiento.

Los alineadores dentales se benefician igualmente de la eliminación de posibles dolores generados en los ajustes de los brackets tradicionales. Junto a ello, los movimientos dentales, bastante precisos, se consiguen sin alterar las rutinas diarias de los pacientes y mejorando los tiempos para alcanzar los objetivos. Incluso, es una excelente alternativa para quienes tienen agendas dinámicas de viaje, ya que pueden llevar los alineadores consigo y cambiarlos según las indicaciones del especialista, programando las visitas a este último con mayores facilidades. Y para quienes consideran que tienen una edad en la que ya no quieren mostrar aparatos en su boca, he aquí la alternativa.

El número de alineadores dentales que se generan para el tratamiento de un paciente depende del diagnóstico establecido por el especialista en ortodoncia y los retos de movimiento que este proyecte según cada caso en particular. Las placas se deben cambiar cada 15 días en promedio y su uso debe comprender entre 20 a 22 horas al día para conseguir los resultados en el tiempo calculado, con la ventaja de que las urgencias eventuales de la aparatología tradicional quedan eliminadas. Sin embargo, los alineadores conllevan un compromiso decidido del paciente, sin el cual, puede haber alteraciones y retrasos.

Aunque existen casos complejos que puedan requerir brackets tradicionales, hay que decir que aun allí la tecnología está ofreciendo grandes avances y facilidades en cuanto a la proyección digital y la personalización de los brackets acorde al movimiento deseado en la dentadura de cada paciente. Incluso, hoy día es posible iniciar un tratamiento con brackets y continuarlo con alineadores invisibles después de ciertos resultados.

Deja un comentario

es_COSpanish